lunes, 19 de mayo de 2008

Buscan alternativas terapéuticas para la hepatitis B

El Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) ejecuta proyecto con Cuba

La meta -a largo plazo- es desarrollar vacunas que mejoren la calidad de vida de los pacientes infectados con el virus.

Por Vanessa Ortiz Piñango

vortiz@ivic.ve

Millones de personas mueren anualmente en el mundo a causa de virus como el de la hepatitis B. Incluso en Venezuela este virus causa estragos, sin embargo un proyecto de investigación –en conjunto con Cuba- busca desarrollar vacunas para combatir la enfermedad.

El virus de la hepatitis B se identificó por primera vez hace cincuenta años, pero ya cuenta con una vacuna efectiva para las ocho versiones de la enfermedad. Se contrae por exposición a fluidos corporales (sangre, saliva, semen) previamente contaminados por el virus de la hepatitis B, además afecta el funcionamiento del hígado y tiene altas probabilidades de causar cirrosis y cáncer en los pacientes crónicamente infectados. El hombre es el único reservorio de la enfermedad y su rasgo más visible suele ser la coloración amarillenta de los ojos y la piel (ictericia).

En el año 2006, el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) estableció proyectos de cooperación con el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de Cuba para desarrollar vacunas dirigidas al control y tratamiento de enfermedades emergentes (recién descubiertas o en incremento en la población) y re-emergentes (aparentemente controladas), con énfasis en hepatitis B, dengue y VIH-SIDA.

La iniciativa binacional se encuentra en su segundo año de ejecución y los responsables por parte del Centro de Microbiología y Biología Celular del IVIC son los doctores Ferdinando Liprandi, jefe del Laboratorio de Biología de Virus; y Flor Pujol, jefa del Laboratorio de Virología Molecular. Los experimentos involucrados combinan tecnologías científicas avanzadas como la biología molecular, la bioinformática y la virología.

Sin piel amarilla

Todos los pacientes crónicamente infectados con el virus de la hepatitis B se beneficiarán con la investigación, en particular las comunidades indígenas, que en el caso venezolano son las más vulnerables.

En Venezuela, la hepatitis B presenta cuatro focos de alto riesgo para la población amerindia: Amazonas, Delta Amacuro, Sierra de Perijá en el estado Zulia y Barinas, con un nivel de prevalencia intermedio. Desde el principio, el proyecto planteó la búsqueda de una vacuna inmunoterapéutica en hepatitis B, es decir, “para las personas que ya están infectadas, desarrollos de terapias basadas en vacunas” explicó la doctora Flor Pujol, jefa del Laboratorio de Virología Molecular del IVIC.

La experiencia venezolana proveniente del Centro de Microbiología y Biología Celular del IVIC se ha orientado al seguimiento y análisis molecular del virus de la hepatitis B, C y D en los amerindios venezolanos, en colaboración con investigadores del Centro Amazónico de Investigación y Control de Enfermedades Tropicales (CAICET), de La Universidad del Zulia (LUZ) y del Instituto de Infectología e Inmunología de la Universidad Central de Venezuela (UCV). También mantiene contacto permanente con expertos del Imperial College de Londres para la evaluación de los diversos aspectos vinculados a la epidemiología de estas infecciones.

Su aporte viene dado por el seguimiento de los pacientes que reciban la vacuna y el análisis molecular de la enfermedad, en virtud de que “hay marcadores moleculares que se revisan a lo largo de la infección y que nos pueden servir de pronóstico para saber si el paciente está respondiendo adecuadamente o no al tratamiento imunoterapéutico. Ya sabemos que no todos responden igual” aclaró.

Por su parte, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) cubano produce una vacuna recombinante (modificada genéticamente) anti-hepatitis B conocida con el nombre de Herberbiovac HB, comercializada en decena de países y usada masivamente en la isla desde 1992, lo que ha permitido, por primera vez en el mundo, la eliminación de la enfermedad aguda en jóvenes menores de 15 años y de los casos de hepatitis B aguda en menores de 5 años desde 1999. Asimismo, ha disminuido significativamente la incidencia de la enfermedad en la población en general.

Además de producir una vacuna, los cubanos realizaron una caracterización pre-reclutamiento de los pacientes que participarán en el estudio clínico de vacunación terapéutica anti-hepatitis B crónica, el cual ya fue aprobado por las autoridades regulatorias. El próximo paso será la extracción de sangre a pacientes para caracterizar la respuesta inmune celular inicial, y la realización de otras caracterizaciones durante y después de haber culminado el tratamiento vacunal y antiviral contra la hepatitis B crónica.

Desde el año pasado se estudia el panorama de los tipos de hepatitis B que circulan en Cuba, los cuales, a juicio de la especialista, presentan diferencias significativas con respecto a los que se hayan en nuestro país, debido al componente étnico. “En Venezuela hemos conservado un componente amerindio y eso se refleja en los virus que son más de tipo indígena. En cambio en Cuba lo que se tiene es un componente más africano, además de las migraciones y los contactos que ha tenido Cuba más recientemente con otras partes del mundo”.

A futuro

Los especialistas venezolanos fueron enfáticos al afirmar que no hay fecha específica para obtener o producir las vacunas. “Estos son los primeros estudios y los desarrollos de vacunas y drogas de cualquier tipo son a largo plazo, uno lo que hace es aportar a una de las etapas” indicó la doctora Flor Pujol.

El doctor Ferdinando Liprandi explicó que toda prueba de vacunación debe pasar obligatoriamente por un conjunto de fases: formulación a nivel de laboratorio, pruebas experimentales en animales, y estudios de toxicidad y eficacia tanto en un reducido número de voluntarios infectados como en grupos más grandes.

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