jueves, 3 de diciembre de 2015

Alcanzando la prosperidad


La prosperidad no abarca solo la abundancia material sino también espiritual, pero para lograr la primera debemos alcanzar la última. La prosperidad espiritual es la puerta al camino celestial que tenemos que recorren en este mundo. Si reconocemos esto logramos experimentar una vida llena de éxitos y triunfos en todos los aspectos: amor, dinero, trabajo, profesión, felicidad, armonía, paz, etc.
Cuando logramos crecer espiritualmente, la vida se hace más fácil, todo fluye tan dinámicamente que no hay que hacer nada ya que todo se facilita, se abren los caminos y sólo hay que confiar y tener fe para que los obstáculos que pudieran aparecer se retiren rápidamente y poder avanzar hacia el éxito total.
La prosperidad representa la satisfacción propia hacia cada uno de nuestros actos. La prosperidad es: sentirse útil, servicial, sano, saludable, alegre-feliz, abundante, ilimitado, paciente pleno, adinerado-millonario.
En fin, es regalarnos calidad de via, mejorar el estilo de vida y aprender a vivir reconociendo y descubriendo que somos seres inteligentes que no solo gozamos de un cuerpo sino que tenemos una mente y un espíritu unido a una fuente divina de gran poder, cuando nos conectamos a este conocimiento realmente podemos considerarnos prósperos ya que todo lo demás nos llega de manera milagrosa. La Prosperidad abarca la abundancia espiritual y material.  Por María Consuelo Delgado.


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