La prosperidad
no abarca solo la abundancia material sino también espiritual, pero para lograr
la primera debemos alcanzar la última. La prosperidad espiritual es la puerta
al camino celestial que tenemos que recorren en este mundo. Si reconocemos esto
logramos experimentar una vida llena de éxitos y triunfos en todos los
aspectos: amor, dinero, trabajo, profesión, felicidad, armonía, paz, etc.
Cuando logramos
crecer espiritualmente, la vida se hace más fácil, todo fluye tan dinámicamente
que no hay que hacer nada ya que todo se facilita, se abren los caminos y sólo
hay que confiar y tener fe para que los obstáculos que pudieran aparecer se
retiren rápidamente y poder avanzar hacia el éxito total.
La prosperidad
representa la satisfacción propia hacia cada uno de nuestros actos. La
prosperidad es: sentirse útil, servicial, sano, saludable, alegre-feliz,
abundante, ilimitado, paciente pleno, adinerado-millonario.
En fin, es
regalarnos calidad de via, mejorar el estilo de vida y aprender a vivir
reconociendo y descubriendo que somos seres inteligentes que no solo gozamos de
un cuerpo sino que tenemos una mente y un espíritu unido a una fuente divina de
gran poder, cuando nos conectamos a este conocimiento realmente podemos
considerarnos prósperos ya que todo lo demás nos llega de manera milagrosa. La Prosperidad abarca la abundancia espiritual y material. Por María Consuelo Delgado.
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