lunes, 24 de septiembre de 2007

Colesterol: ni bueno ni malo


Investigadora del IVIC aclara mitos
Por María Teresa Curcio
mcurcio@ivic.ve

Le temen, aunque desconozcan su naturaleza. Prácticamente el sólo pronunciamiento de su nombre se asocia con eventuales problemas que podrían afectar la salud. Muchos creen en la existencia de dos tipos, totalmente opuestos: el bueno y el malo. En definitiva, el colesterol ha sido rodeado de mitos porque ha sido asociado con enfermedades coronarias, las cuales encabezan mundialmente las listas de las causas de los fallecimientos de la gente. La Dra. Ana Zita Fernández, Jefe del Laboratorio de Hemostasia y Genética Vascular del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), aclara que el colesterol es uno sólo y que no es ni bueno ni malo, pero sí esencial para el buen funcionamiento del organismo. Entre otras funciones, el colesterol participa en la síntesis (o formación) de distintos tipos de hormonas, las cuales son compuestos que envían señales y mantienen la homeostasis o equilibrio en el cuerpo humano. Así, por ejemplo, el colesterol está relacionado con las hormonas sexuales (testosterona en los hombres y progesterona en las mujeres) y las hormonas corticoides (implicadas en una variedad de mecanismos fisiológicos, incluyendo aquellos que regulan la
inflamación, el sistema inmunitario, el metabolismo de hidratos de carbono y las reacciones del organismo al estrés). El colesterol es una sustancia parecida a la grasa que se encuentra en el torrente sanguíneo y en todas las células del cuerpo. Es principalmente obtenido a través de la ingesta de alimentos de origen animal, como la carne, y no por la utilización del aceite para freír o aderezar, como algunos piensan. La asignación errónea de su carácter nocivo o beneficioso viene dado por sus transportadores o lipoproteínas: la LDL (o mal llamado colesterol malo) es la lipoproteína de baja densidad que transporta el colesterol hacia la pared arterial y de allí a los tejidos; mientras que la HDL (que sería el buen colesterol) es la lipoproteína de alta densidad que lo transporta desde los tejidos hacia el hígado, donde se descarta el colesterol en exceso o se le asignan otras funciones, explica la Dra. Fernández. En lo que se refiere a colesterol, los excesos también son dañinos. El problema surge cuando aumentan los niveles en sangre de la LDL, lo cual produce un exceso de transporte de colesterol hacia las arterias, que pueden obstruirse si no se toman los cuidados necesarios. Es decir, que la abundancia desmedida del colesterol en la sangre inicia un proceso de oxidación y alteración en la pared arterial, por lo que lentamente se formará una placa de ateroma en las arterias, lo cual desencadenaría la aterosclerosis, proceso que se caracteriza por el depósito de sustancias en las paredes de las arterias, lo que podría provocar problemas coronarios. Para entender la desproporción exacerbada del colesterol en las arterias, basta imaginar al torrente sanguíneo como una autopista que presenta un desvío de un sólo canal, representado por una arteria. Será inevitable una tranca de automóviles, todos de marca LDL, los cuales llevan al colesterol. Pero la situación empeorará ya que por el exceso vehicular los automóviles se quedarán atascados en la única vía de acceso y no serán suficientes las grúas o transportadores HDL que los retiren de la arteria en cuestión, ejemplificó la investigadora del IVIC. Pero el colesterol no es el único culpable de la aterosclerosis. También “la acumulación de material graso, de células que se van muriendo o descalcificaciones, en un periodo de tiempo que no es de la noche a la mañana. La aterosclerosis no sólo depende del aumento del colesterol. Hay muchos factores que están involucrados en la formación de la placa de ateroma, entre ellos el hábito de fumar y la hipertensión” sentencia la Dra. Fernández. Alimentación balanceada, vida sana. No es por capricho que se recomiende la alimentación balanceada. Entre los últimos factores que los académicos han descubierto como propulsores de enfermedades cardiovasculares se encuentra la homocisteína, aminoácido que está involucrado con ciertas reacciones metabólicas y cuyo exceso ocasiona daños en el organismo y en particular a la pared arterial. La investigadora del IVIC también explicó que el exceso de homocisteína en el organismo se debe al abuso en el consumo de carnes rojas y además por la deficiencia en el organismo humano del ácido fólico -vitamina que se encarga de eliminar la homocisteina innecesaria del cuerpo- el cual se puede encontrar y consumir en los vegetales. La población venezolana no está exenta de los riesgos que producen la alimentación inadecuada. La Dra. Fernández indica que un estudio epidemiológico de los diferentes factores cardiovasculares, realizado por su equipo de investigación entre los años 2001 y 2004, demostró que la mayoría de los venezolanos presentan deficiencia de ácido fólico. En el estudio se evaluaron 3500 personas, cuyas edades oscilaban entre los 5 y 65 años, habitantes de diferentes regiones del país. Fueron evaluados varios factores de riesgo, entre ellos la homocisteína y el ácido fólico. Los resultados arrojaron que la concentración de homocisteina en sangre empieza a aumentar a partir de los 40 años, pero los niveles no resultaron preocupantes, al contrario de los del ácido fólico. Señala la investigadora que el 80% de la población estudiada presentó deficiencias, “estamos muy por debajo de los estándares de ácido fólico con respecto a otras poblaciones”. ¿Qué se debe hacer? La fórmula es sencilla: consumir vegetales, disminuir el consumo de carnes rojas, abandonar el hábito tabáquico, hacer ejercicios y tomar conciencia de que la prevención es el mejor medicamento. La aterosclerosis es una patología de evolución lenta, cuyo inicio data de la juventud, por lo cual padres y representantes deben cuidar que sus hijos menores de edad no se alimenten con comida chatarra, así como deben evitar el sedentarismo.

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